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Toda una vida.

Éramos distintos imposibles...

¿Sabes? No voy a cuidar tus pasos. No te puedo defender de ti.

domingo, 3 de abril de 2011

Es solo un relato surgido de un domingo lluvioso acurrucada en el sofá...

No sé qué me pasa. Siempre pensé que el amor te llega de golpe y te ciega de tal manera que no queda lugar para las inseguridades, al menos, al principio, pero con él no pasó así. 


Con él ha existido un transcurso, un proceso, uno en el que me he dado cuenta que odio cada uno de sus defectos, que son mucho he de añadir, pero también es eso lo que más amo.

Puede llegar a ser un estúpido arrogante, un capullo sin remedio, un egocéntrico engreído y a veces, cuando más vulnerable se siente, puede llegar a ser alguien realmente cruel, incluso podría aventurarme a decir que cuando se siente atacado, no resulta la mejor persona del mundo, y mucho menos la más manejable.


Tiene muchas cosas malas. Pero ha cambiado, y sé, quizá suene demasiado pretencioso, que yo soy la causa. El quiere ser bueno para mi. Y amo esa parte de él. La capacidad que tiene de esforzarse para ser alguien mejor...

Cuando estoy con él me olvido del tiempo. Puedo pasarme horas perdida en esos increíbles ojos, esos que, aún intentando no decirme nada, me lo cuentan absolutamente todo. Amo esa conexión hermosa que tenemos cuando estamos juntos, aún en el momento más cumbre lleno de incertidumbre siento nuestros corazones en armonía, en conexión, en entendimiento.

A veces, por la noche, cierro los ojos e imagino su rostro. Pienso en como sería estar con él y sonrío. Sería hermoso, intenso, mágico. Tan mágico como los silencios inaudibles, llenos de frases escritas en el viento, que compartimos juntos. Tan mágico como el hecho de querer salvarnos constantemente, incluso aunque yo le haya traicionado, incluso aunque él haya sacado su peor parte y me haya dañado. Tan mágico como el hecho de verlo entrar en una habitación y llenar la estancia con su presencia.

Quizás él no sea el chico perfecto, ese con el que siempre soñé. Quizás el no me pueda dar el cuento de princesas que sí están dispuestos a construirme otros. Pero sé que él me podría dar más, mucho más. 

Él podría darme todo lo que no me atrevo a decir, todo lo que no me atrevo a pensar. Podría ser casa, amor, sueño... Él tiene esa mezcla salvaje de humano y animal. Pasión y dulzura. Sentimiento y realidad. 

Él es esa persona que cuando despierto, lo único que quiero, lo único que me inspira, es, por una vez, tener la capacidad de poder sacarlos de mis sueños únicamente para abarazarlo. 

Es mi amigo, y quizás ahora, habiendo analizado cada paso del recorrido sea hora de permitirme admitir la verdad. De admitirselo a él, de poderle decir, te quiero... pero ¿y después?.

No tengo idea de lo que podría ocurrir después, pero la palabra que lo define todo es INEVITABLE, y contra eso no puedo luchar. No sé qué hacer, pero sí sé, que lo que siento es real y que tarde o temprano me armaré de valentía y haré lo que llevo tanto tiempo esperando, lo que de una vez quiero hacer, aunque eso signifique hacer daño a alguien más. 

Todo tiene que ver con una elección, pero ¿y sí pasa que la elección no es la correcta? A veces no sirve con saber que él es el chico de tu vida, aunque éste se empeñe en demostrártelo una vez tras otra, porque lo demuestra, pero ni siquiera él es consciente de ello. Quizás simplemente he de hacer lo correcto. Utilizar la razón. O mejor, seguir al corazón, pero... 

¿cuál es la razón? ¿Y cuál el corazón?

Lo único que me queda por decir es que si dos personas son el uno para el otro, al final terminan encontrándose... él me encontró y ahora es mía la elección...

2 comentarios:

  1. Tomes la decisión que tomes, hazlo sabiendo las consecuencias y prepárate para ellas, tanto si son buenas como si son no tan buenas. ;)
    Besos!!!

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Gotas de Lluvia