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Toda una vida.

Éramos distintos imposibles...

¿Sabes? No voy a cuidar tus pasos. No te puedo defender de ti.

viernes, 11 de febrero de 2011

Desnudando sentimientos....

He vuelto a caer en picado. Esta vez el abismo es inmenso, creo que nunca me he sentido como me sentí ayer. Hundida, privada de cualquier sentimiento excepto la tristeza, y muerta, me sentí terriblemente muerta. 
No sé como he llegado a este punto. No sé en qué momento mi vida cambió tanto. No sé cuál ha sido la primera piedra en este cúmulo de cosas, pero sí se cual ha sido la última. Sí sé cual fue la gota que colmó el vaso.

La vida es complicada, eso lo sé. Desde pequeña me enseñaron a enfrentarme a ella con valentía. Me enseñaron que la vida es una lucha diaria, una lucha constante en la que o luchas o te hundes. Es un vivir o morir diario. Si tú no sales adelante, nadie va a hacerlo por ti. Es así. Y esa es la lección más importante, más complicada y a la vez más simple y predecible que una persona ha de aprender. 

El mundo es una mierda. Gente buena hay muy poca, y la mala sobra por todos lados. El mundo está lleno de mentiras y de maldades. Los malos ganan, los bueno se aguantan. Sucede de esta forma y no al revés, aunque se empeñen en inculcarnos los contrario. 

Después de ver cada una de las miserias y calamidades que conlleva vivir y enfrentarse al día día, lo único verdaderamente importante es tener esperanza. Es buscar ese atisbo de luz que en los momentos más difíciles te hace seguir adelante, te hace tirar del carro y resurgir de las cenizas. Te hacen ser aquella chicas ingeniosa a la vez que irónica, aquella chica sincera y frontal, pero también prepotente y visceral. Te hacen ser persona, sentirte como tal. 

Hemos de quedarnos con eso, con buscar lo bueno y potenciarlo, y dejar de buscar el mal de la gente para el beneficio propio. El mundo sería un poco mejor si realmente nos lo propusiéramos. Pero bueno, ese el problema, que lo dejamos estar. 

Aún así, yo, hoy, tengo esperanza de volver a ser la persona que era. No voy a conseguirlo en dos días. Pero lo haré. Y no lo haré por mí, sino por aquéllos que comparten mi día a día y me regalan millones de sonrisas. Por aquellos que me quieren. Lo haré, claro que lo haré, y entonces, como ave fenix, el mundo deberá echarse a temblar porque estaré de vuelta y tú, ni tú, ni tú, ni tú podrás hacerme sentir estúpida, idiota, o inferior porque soy mejor que tú, lo sé, ahora sólo tengo que creer, algo que todo el mundo ya cree...