¡Atención!

Don´t Copy. Los textos son míos y, en el caso de no serlos lo especifico. Disfruten del blog

Toda una vida.

Éramos distintos imposibles...

¿Sabes? No voy a cuidar tus pasos. No te puedo defender de ti.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Mi vida sin ÉL. Primera parte.

Otro día más, otro día sin él. La real academia define perder como NO conseguir lo que se espera, desea o se ama.
Yo digo que perder algo podría muy bien encajar en aquella definición, pero perder a alguien va mucho más allá.


Al principio no puedes creer que no vas a ver nunca más a esa persona, en mi caso esa sensación fue multiplicada por 100 y elevada a 1000...


Nuestro amor era uno de esos amores tan especiales, tan intensos. Uno de esos amores que todo el mundo ve en las películas y espera vivir al menos una vez en la vida, uno de esos amores en los que el silencio es magia, en los que puedes estar riéndote con la otra persona durante horas sin saber por qué.

Nuestro amor, o tal vez el mío, era un amor de esos que te deja en la cuerda floja, al límite entre la cordura y la razón, entre el amor y la locura propiamente dicha... Y cuando lo pierdes ya nada tiene sentido.
Desde que se fue he pensado mucho en todo lo que vivimos, en todo lo que puso ser y no fue, en todo lo que fuimos.

Hoy me doy cuentas que las cosas deberían de haber sido de otra forma. Hoy me doy cuenta que sí, que nadie sabe lo que realmente tiene hasta que lo pierde, y como dije un día en cierta canción quizás algún día volvamos a reencontrarnos.

Ahora solo me queda ese consuelo.
Mientras tanto yo sigo aquí, sigo teniendo una vida, una familia, unos amigos, una carrera, pero extrañamente, o no tanto, nada de eso me importa. Solo quiero estar aquí tumbada y soñar, soñar que el está aquí, soñar con que dentro de un minuto va a llamar a mi puerta, soñar que aun está junto a mi y que de una vez por todas vivimos lo nuestro libremente y sobre todo soñar que por fin todo saldrá bien.

Siempre pensé que Él, más tarde o más temprano se daría cuanta de sus sentimietos, al igual que me pasó a mi, creo que lo hizo, y también creo que se asustó, se asustó demasiado... 

Durante este tiempo que no lo ví, nunca perdí la esperanza de que en algún momento algo iba a jugar en nuestro favor, y por fin los dos podríamos vivir nuestro propio cuento de hadas, uno de esos con un final feliz, uno de eso con un y comieron perdices... pero no, eso no va a suceder.

Doy vueltas y vueltas a estos últimos meses, a todo lo que puede hacer y no hice para recuperarle.

Me siento culpable, culpable de haberme rendido demasiado pronto, de no haber luchado por él... y Hoy sé que quizá todo fue culpa mía.

Viví mi relación con Él como una niña encaprichada. Se me metió en la cabeza que no sentía nada, que Él simplemente era un amigo más, asique actuamos como dos niños pequeños que juegan a ser mayores. Lo hicimos todo mal. Deberíamos de haber proclamado al mundo que nos amábamos, o más bien habernos sincerado el uno con el otro, sin tabús, con la verdad por delante. Más allá de todo, de todos los problemas, los dos estábamos ¿enamorados? del otro y eso era imparable, o debería haber sido así.

Aun recuerdo nuestra última conversación tras aquella noche, el momento en el que todo se fue al traste sin saber muy bien por qué

"Todo pasó en su habitación. Estuvimos hablando mucho rato, lo pasamos bien, estábamos jugando a ser como éramos siempre cuando el uno estaba junto al otro, jugamos a ser esas dos personas que únicamente actúaban así cuando era el otro la única persona que estaba alrededor.

Recuerdo su cara, su sonrisa, sus ojos. Él no es el chico más guapo del mundo, pero para mi era perfecto, quizá demasiado..

Tras ciertos acontecimientos tuvimos una discusión, no logro recordar por qué, en realidad siempre estábamos así, yo interpretaba aquellas peleas como tonterías, nuca me imaginé que aquello era el principio del fin. Acabamos empotrados contra la puerta, así como se lee, sin tocarnos pero muy cerca el uno del otro, estábamos "discutiendo" diciéndonos tonterías, y entonces me fuí de allí, básicamente me había echado, o bueno no fue tan así, pero no me lo tomé desiado bien, el salió tras de mi al pasillo, me llamó, yo me giré y le dije un comentario típico de él, un comentario algo borde sonado en mi boca que en la suya sin embargo sonaba a broma..."

Tiempo después analizando las circunstancias comprendía que esa noche él había tirado la toalla, no sé muy bien cual, pero desde esa noche Él pasó a ignorarme, al igual que yo a él y así siguió la cosa, porque el orgullo en un principio pudo más que todo... 

Han pasando ya 6 meses, en los que nos hemos visto en raras ocasiones, 6 meses en los que he pasado cada día arrepintiéndome de no ser capaz de luchar por él, de vivir mi verdadero sueño con él. Eso siempre dolió demasiado, pero hoy duele todavía más, porque hoy Él no va aparecer, porque Él hoy no va a volver a llamarme por aquel mote que me molestabe pero que ahora echo de menos, y Él hoy no va a poder mirarme con esa mirada única, con esa forma de mirar que solo tenía para mi. Hoy él ya no me va a sonreír como lo solía hacer


Lo he decidido, no quiero vivir una vida sin él. Por mucho tiempo ha sido la razón por la que me he levantado cada día, la razón por la que volvía una y otra vez a ese lugar... Hoy estoy vacía. Estoy sin él...

No hay día desde que no está que no haya invadido mis sueños, que no los haya alumbrado, Él forma parte de ellos...

Otro día más que me he despertado con la almohada mojada, secándome las lágrimas, recordando su olor impregnado en el ambiente. Hay recuerdos que no permiten el paso del tiempo, y yo tengo una gran imaginación.

Hago un esfuerzo, intento pensar que está aquí, conmigo. Cierro los ojos con las esperanza de que cuando los abra él estará ahí. Intento imaginar que vuelve, que me habla mientras yo le miro y me pierdo en sus ojos, en sus labios, pero cuando vuelvo abrirlos él no está. Sólo queda el silencio y yo.

Sigo clavada en un rincón acurrucada en mi casa y pasan las horas y nada cambia. El dolor no disminuye, sigue ahí inmune, y únicamente se agranda, me apuñala...Lo echo de menos, lo busco, lo pienso. Siento que nunca habrá nadie como Él. Y lo espero, sigo esperándolo.
Estoy cansada, a oscuras, con miedo. El frío nadie me lo quita. La sensación de pérdida no se va. Necesito hacer algo, necesito tenerlo...

Tengo demasiadas razones para seguir buscándole porque tengo la necesidad de verlo, de oírlo,de tocarlo, de hablarle.
Si sólo pudiera tenerlo ante mi un sólo segundo, le diría tantas cosas, lo besaría, lo querría, lo amaría, le haría saber que siempre fue él, el amor de mi vida, el chico de mis sueños, el hombre perfecto, mi hombre perfecto.


ÉL era mi completo, mi complemento perfecto. Era mi ser, mi alma, mi cuerpo, mi otro yo...

Lo necesito, lo necesito tanto, a cada instante, a cada segundo..
Divago y quiero pedirle al viento que vuelva, aunque sea como una sombra...
Lloro, desde que se fue sólo sé llorar. No tengo fuerzas.


Mi error fue no darme cuenta de que me enamoré de Él desde el principio, todo el mundo fue capaz de verlo menos yo. 
Una vez pasó todo lo compredí, estaba irrevocablemente enamorada de Él, eso era innegable, pero ni yo misma era consciente de la magnitud  hasta que él se marchó para siempre.

Voy a recordar, sigo recordando, vivo de recuerdos lo sé, pero como ya dije es lo único que me queda.

Recuerdo la primera vez que nos vimos después del verano.
Coincidimos en novatadas, apenas iba a hacer 4 meses desde que pasó todo. Cuando me lo encontré sentí... verdaderamente soy incapaz de explicar lo que sentí..., imagiinar, pasé todo un verano creyendo que todo había pasado, que sólo había sido un encaprichamiento, pero no. Sólo os puedo decir que ese noche, sólo por aquella vez, volvió el brillo a mis ojos, y la sonrisa, esa que había desaparecido con él.

Él al principio no me vió y yo no quise acercarme, me medio escondí en un rincón y disfruté durante unos minutos contemplándolo. Lo recorrí con mis ojos de pies a cabeza, seguía exactamente igual de perfecto que siempre, cuando volví a mirarlo, sus ojos se encontraron con los míos y entonces algo estalló dentro de mi, algo que durante mucho tiempo había tenido guardado.

Él me volvió a mirar, con lo ojos demasiado tristes, no lo sé a ciencia cierta, como veréis igual no soy demasiado objetiva en esta historia, pero me gusta pensar que fue así. Me miró como ya dije y entonces el tiempo se paró, por un instante pasó por mi mente a modo de imágenes congeladas todas las peleas e intentos del final... aquellos a los que Él dijo no. Desvié la mirada, deseaba verlo, pero a la vez deseaba no verlo jamás, sin duda un contrasentido. Yo le ignoré, más o menos, pero Él no pudo hacer lo mismo. Gracias a mis espías particulares supe que no podía quitarme la vista de encima, y entonces lo pensé, quizá aquel chico del que un día me enamoré seguiá escondido tras aquella fachada de seriedad y enfado hacia mi.
Tal vez algún día volvería a conseguir que me sonriera. Con esa sonrisa perfecta, esa que siempre me encantó, esa que transmitía tanta serenidad, tanta paz, tanta LUZ.

2 comentarios:

  1. hola guapa!!!
    wow!! sobre como te describes, yo en verdad creo que haz encontrado el camino para escribir!! pues hasta donde he leido a sido precioso!! todo!!
    tanto las letras, como las esceena, detalles e imagenes!! a mi si que me ha gustado, asi que suerte con esto de la escritura!
    besitos

    ResponderEliminar
  2. Las cosas pasan porque sí, no todo tiene una explicación, no siempre hay culpables... Hay que vivir la vida como viene, no queda otra... :)

    ResponderEliminar

Gotas de Lluvia